viernes, 21 de octubre de 2011

LA AUTOESTIMA ES LA CLAVE DEL ÈXITO


                                                                                                  Ofelia Muñoz Vargas

        Las actividades que realizan los docentes en las instituciones educativas del nivel de educación primaria evidencian que enfatizan el desarrollo del aspecto cognitivo de los alumnos, descuidando los aspectos fundamentales que le permitan interactuar entre sí mismo y con los demás, estos son las habilidades sociales.
       La autoestima es una de las habilidades sociales, que le permite a la persona valerse por sí misma aceptándose como es, lo que le conlleva a desarrollar su proceso de interacción con los demás en el marco del respeto.
        La actual sociedad no solamente necesita de profesionales preparados con un nivel excelente, sino también, de un alto nivel de habilidades para lidiar los problemas que se le presente, con manejo adecuado de la situación problema, en base a un componente importante en la formación humana, los valores. Siendo la autoestima, aspecto fundamental en el desarrollo de actitudes favorables en el desenvolvimiento personal, implica desarrollarlo desde los primeros años de vida, lo que debe ser consolidado en la institución educativa.
       Desde la perspectiva antes descrita, surge la idea de valorar y enfatizar en el quehacer educativo la  autoestima de los estudiantes.
       La felicidad y el éxito son  reflejo de la confianza que tenemos en nosotros mismos.  Cuando la persona se siente bien consigo misma, está preparada para aceptar retos, se siente feliz  de ser quien es; una imagen positiva de uno mismo es beneficiosa en las diversas circunstancias que se presenta en el periodo de vida. Sin embargo, cuando la persona no está segura de sí misma, siente desvalorización por sus cualidades y características personales, surge el desequilibrio en su personalidad.
      desfavorables para el crecimiento  de una autoestima positiva en sus hijos.  Se les trata como si carecieran de dignidad y valor, se destruye su espíritu de espontaneidad y libertad, no se les deja el poder tomar decisiones, no se les da suficiente oportunidades para que sean responsables, temen sus sentimientos de independencia y autocontrol, y además se les obliga a obedecer la voluntad de los mayores”.
       Por su parte Ríos (2003), establece que “en lo que nos rodea, a medida que nos desarrollamos desde que somos niños, la sociedad nos enseña a poner etiquetas de lo que está bien y lo que no está, en muchos casos, sin tener en cuenta los verdaderos valores que como seres humanos debemos practicar”. Por su parte Rosenberg, citado por Espejo (2000:71), señala que “el resultado es la debilidad, el desamparo, la ausencia de dignidad; en resumen un sentimiento de insignificancia y desvalorización.”
      
     El niño con baja autoestima no cree encontrar las respuestas y soluciones  personales a sus problemas en la vida escolar, terminando desinteresándose en sus quehaceres escolares. Por lo que el niño con poca autoestima suele encontrar pocas satisfacciones en la escuela; en seguida pierde la motivación y el interés y, en cambio, emplea buena parte de sus energías en aquellas aspectos que se relacionan con los sentimientos hacia sí mismo, dedicando a las tareas escolares una atención mínima. Por lo tanto, la baja autoestima genera consecuencias negativas en los quehaceres escolares del alumno, así como también problemas emocionales que dificultan una adecuada interacción social con sus pares.
       
BIBLIOGRAFÌA:
ESPEJO L. J. (2000). Cómo mejorar la autoestima en los niños de educación primaria. Edit.  San Marcos. 1er edic. Lima Perú.
RÍOS R. A (2003). Autoestima. Disponible en: http://www.geocities.com/%20amirhali/tpdass/autoestima.htm.
Rosenberg  citado por espejo (2000.71)
      Las formas de actuar de los alumnos en las Instituciones Educativas es el reflejo de la formación que reciben en sus hogares; en consecuencia las actitudes de  baja autoestima que se observa encuentran sus causas en el hogar. Al respecto, Espejo (2000:38), señala que “es sorprendente observar, como para muchas familias, educar es sinónimo de corregir, y quizás por ello, en diferentes ocasiones presenten un cuadro de conductas, pautas, experiencias y modelos

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