martes, 18 de octubre de 2011

LOGREMOS EL CAMBIO TRABAJANDO EN EQUIPO

CAMBIAR LA FORMA DE ENSEÑAR Y APRENDER
El movimiento de investigación de Eficacia Escolar está prestando últimamente mucho interés a lo que acontece "dentro del aula" (Creemers, 1996). Resulta de sentido común defender el papel fundamental que tiene el comportamiento del docente en el desarrollo del alumnado. Por ello, junto con otras actuaciones, es necesario replantearse la manera de enseñar y de aprender (Stoll y Fink, 1996). A continuación se ofrecen cuatro ideas generales para la intervención del profesor en el aula que, obviamente, deben ser adaptadas a cada situación particular:

·       Centrarse en habilidades de orden superior. Lo importante no es sólo saber Historia o Física, sino ofrecer los recursos para que el alumno pueda desarrollarse por sí mismo. Los célebres cuatro pilares del Informe Delors, Unesco, 1996 (1. aprender a conocer, 2. aprender a hacer, 3. aprender a vivir juntos y 4. aprender a ser) van en esa línea.
·       Utilizar una amplia variedad de estrategias, metodologías, técnicas y procedimientos de evaluación. Tras una época en la que los investigadores estaban preocupados en demostrar la mayor eficacia de un método frente a otro, parece que la situación óptima es utilizar una combinación de ellos. Se trata, no se olvide, de ofrecer una formación integral.
·       Preocuparse por la autoestima de los alumnos. Está demostrada la estrecha relación entre la autoestima de los estudiantes y su buen rendimiento académico, así como sobre su mayor desarrollo social. Un buen maestro debe fomentar la confianza del alumno en superar obstáculos.
·       Tener altas expectativas sobre los alumnos. Es clásica en educación la famosa “profecía autocumplida”, por la cual si un profesor piensa que un muchacho va a fracasar, seguro que termina haciéndolo. Este elemento constituye uno de los factores de eficacia hallados en los años 70 y que se ha encontrado más relacionado con el éxito académico de los alumnos.

EL CAMBIO PLANIFICADO    Los centros educativos son organismos vivos que cambian y se adaptan constantemente a presiones internas y externas. Si queremos que el cambio se dirija a la optimización de los resultados, es necesario que el propio centro tome las riendas y establezca un proceso de cambio dirigido y organizado. De esta forma, una primera condición es la necesidad del establecimiento de un proceso de cambio convenientemente planificado.

En este proceso una condición fundamental, previa y básica es:

·            Tener una visión compartida por la comunidad escolar a dónde se quiere llegar. A partir de aquí resulta útil;

·            Realizar un diagnóstico previo, una auto-evaluación del centro que nos indique su situación y que nos ayude a establecer prioridades y a consensuarlas por todo el colectivo implicado;

·            Realizar un plan lo más detallado posible del camino a seguir;

·            Poner por escrito tales ideas son evidentes: redactando se reflexiona sobre la propuesta, se comunica mejor y es más fácil alcanzar el consenso y conseguir apoyos externos;

·            Tras la puesta en marcha es necesario evaluar el camino recorrido;

·            La última fase del proceso es la llamada institucionalización, por la cual los cambios logrados con el proyecto pasan a formar parte de la vida cotidiana del centro.

 A partir de aquí debe comenzar un nuevo "ciclo de mejora".


Cambiar no es tarea sencilla para ningún centro docente. La aún escasa autonomía de nuestros colegios e institutos, la inadecuación de la formación docente, la falta de apoyo institucional de carácter material y humano, y una atonía impulsada “desde arriba” conforman, junto con otros elementos, la carta de presentación que nos antecede. Sin embargo, el futuro es nuestro. Con la cooperación de todos comenzaremos a mover los centros para incrementar su calidad y, con ello, construir una sociedad para el siglo XXI mejor que la de la centuria que abandonamos.

BIBLIOGRAFÍA

CREEMERS, Bert
STOLL, L.; FINK, D.
1996            Changing our schools. Buckingham: Open University Press.

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